domingo, 20 de enero de 2008

La verdadera Historia de Jesse James, Nicholas Ray, 1957.


DVD R1
Inglés con subtitulos en Inglés, Francés y Español.
$ 190.00 1 Disco, 92 Minutos, Wide Screen.
Extras: Trailer. Otros Trailers. Noticiero Cinematográfico sobre Jesse.
Distribución: Mixup: por encargo.

Es nada dificil adivinar qué se puede esperar de un filme que asegura apegarse a la realidad tanto como el cine lo permite. Y lo mismo pasa cuando se piensa en los filmes que protagonizó Robert Wagner: elegante, carismático y con una ola enorme de seguidoras; un galán de principios de los sesentas que tristemente devino en protagonista de culebrones televisivos. Y lo que resulta tan inevitable como inútil es preguntarse porqué siempre ha representado a este forajido un actor decididamente guapo, y sobre todo cuando en vida fue cualquier cosa menos eso. Todos sabemos que el cine necesió, necesita y necesitará, con más urgencia que un bebé exigiendo su leche, vender. Y vender en grande.

Sin embargo este filme resulta valioso muy a pesar de sí mismo. Lamentablemente no para el apartado del género, no para la historia de la cinematografía, y no para el disfrute más lego, ya que a pesar de que se apega a la estructura clásica de Hollywood y apenas dura los 90 minutos de rigor, resulta una evidente aburrición. Con unos diálogos tan tristemente mal hechos y unas variantes muy colgadas tanto de la historia formal como la del producto cinematográfico, y acaso lo más rescatable sea el aspecto visual, área donde Nicholas Ray solía destacar ya que poseía un estilo muy en el mood de la época. Y será sumamente cómoco apreciar un Jesse James con bigote a lo Peter Fonda, actitudes a lo Jim Stark y pantalones ligeramente acampanados donde hasta los más polvorientos pueblos tienen ese aspecto folcklórico que tanto gusta a los turistas de todo el mundo y todas las épocas.

Lo que de plano no embona, insisto, son las variantes tan simplonas que se le meten a la historia, y sobre todo cuando esta película tambien parte del mismo guionista sobre la cual se basó la versión de 1939, esa si, dirigida por Henry King. Cuenta la leyenda que Nicholas Ray estaba ya hasta la coronilla con Hollywood y listo para partir a Europa, donde realizaría la brillante Bitter Victory, pero los estudios le exigieron una película más y de los ejecutivos fue la sugerencia del remake, que arrancaría desde los últimos 18 años en la vida del forajido hasta su muerte, aunque con extravagantes flashbacks se relatan diversos episodios anteriores al período presente, con un tono de biopic de la época donde lo más destacable es que los lentes para la cámara fueron abricados por Baush & Lomb, los mismos de las afamadas gafas Ray Ban, y que se empleó la técnica del Cinemascope y Color De Luxe, como todos los grandes filmes de la época.

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