DVD R4, Inglés con subtitulos en Francés y Español.
$ 49.00
1 Disco, 106 Minutos, Full Screen.
Extras: Trailer.
Distribución: Wall Mart Botadero.
Quizás no la mejor de todas las versiones pero sí la mas asimilable para los cinéfilos de domingo. Después de todo ¿Que mujer se resistiría a las miraditas de borrego a medio morir del sr. Fiennes? aunque bueno, hay que decir en su descargo que tampoco se mira muy efectivo en su papel del iracundo y resentido Heatcliff y en realidad todo resulta en un embrollo bastante complicado y difícil de asimilar. Tal vez un tanto por el tono serio y fatal con que Kosminsky embiste la empresa, pero embiste mal, y para colmo, sin toro.
Resulta imposible no remitirse -ante la tediosa puesta en imágenes del británico nacido en el 56- al más clásico Montecristo jamás filmado: El de Joseé Dayan (1998), que de tan épico mejor lo volvieron miniserie y llevaba a Gerard Depardieu en el rol protagónco. Que garra y que manera de tenernos sentados por más de doce horas ante un aparato de televisón. Es el caso de la misma estructura pero tratada con el rigor que merece el género pero sin golpear al espectador con pesadeces del tipo intelectualoide. Y tampoco con estrafalarias viñetas al estilo del MTV latino, ni siquiera el original.
Pero no nos engañemos: este cine tiene una misión y lo cumple con creces y toneladas de moralina: no hay que abusar ni hacer enojar a la gente porque en su venganza alcanzarán a pagar, incluso, nuestros hijos: pobre Juliette Binoche, que en tan escasas películas había servido de tan poco.
Buen regalo para las abuelitas o las tías mayores. Aunque también los estudiantes de cine podrían aprender una buena cantidad de cosas que es mejor no hacer o incluso, para contrastar con versiones anteriores, como la de 1939 con Sir Laurence Olivier, la de 1970 con Timothy Dalton, la de 2003 con Mike Voguel -ésta sí, producida por MTV- e incluso una versión teatral de 1998 con Tom Georgeson.
$ 49.00
1 Disco, 106 Minutos, Full Screen.
Extras: Trailer.
Distribución: Wall Mart Botadero.
Quizás no la mejor de todas las versiones pero sí la mas asimilable para los cinéfilos de domingo. Después de todo ¿Que mujer se resistiría a las miraditas de borrego a medio morir del sr. Fiennes? aunque bueno, hay que decir en su descargo que tampoco se mira muy efectivo en su papel del iracundo y resentido Heatcliff y en realidad todo resulta en un embrollo bastante complicado y difícil de asimilar. Tal vez un tanto por el tono serio y fatal con que Kosminsky embiste la empresa, pero embiste mal, y para colmo, sin toro.
Resulta imposible no remitirse -ante la tediosa puesta en imágenes del británico nacido en el 56- al más clásico Montecristo jamás filmado: El de Joseé Dayan (1998), que de tan épico mejor lo volvieron miniserie y llevaba a Gerard Depardieu en el rol protagónco. Que garra y que manera de tenernos sentados por más de doce horas ante un aparato de televisón. Es el caso de la misma estructura pero tratada con el rigor que merece el género pero sin golpear al espectador con pesadeces del tipo intelectualoide. Y tampoco con estrafalarias viñetas al estilo del MTV latino, ni siquiera el original.
Pero no nos engañemos: este cine tiene una misión y lo cumple con creces y toneladas de moralina: no hay que abusar ni hacer enojar a la gente porque en su venganza alcanzarán a pagar, incluso, nuestros hijos: pobre Juliette Binoche, que en tan escasas películas había servido de tan poco.
Buen regalo para las abuelitas o las tías mayores. Aunque también los estudiantes de cine podrían aprender una buena cantidad de cosas que es mejor no hacer o incluso, para contrastar con versiones anteriores, como la de 1939 con Sir Laurence Olivier, la de 1970 con Timothy Dalton, la de 2003 con Mike Voguel -ésta sí, producida por MTV- e incluso una versión teatral de 1998 con Tom Georgeson.
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